El cantante Justin Bieber volvió a sufrir un encontronazo con las autoridades tan pronto como puso pie en el aeropuerto de Los Ángeles ayer jueves, ya que los agentes destinados a vigilar la aduana no dudaron en someterle a varias preguntas “rutinarias” y a un intenso registro motivado por sus recientes problemas legales.
Toda la cuestión duró unas cinco horas y mientras tanto, la gente de su entorno lo esperó en el aeropuerto.
“Desde que fuera arrestado por conducir ebrio en Miami, Justin va a tener que pasar por el mismo proceso rutinario cada vez que llegue a Estados Unidos, ya que no deja de ser un extranjero que reside en el país. La idea es asegurarse de que no vuelve a cometer los mismos errores que le han puesto en el punto de mira de la policía y del sistema judicial”, reveló una fuente a la revista Us Magazine.
En los últimos meses, el intérprete canadiense ha sido protagonista de varios actos de vandalismo durante sus frecuentes viajes por todo el mundo y ha visto cómo sus guardaespaldas han pasado por el banquillo de los acusados por supuestos actos de agresión, por lo que no resulta tan disparatado que la Casa Blanca recibiera recientemente la petición de deportar al artista y negarle la entrada a Estados Unidos de por vida.
“Lamentamos decepcionar a quienes se han esforzado por organizar la recogida de firmas en relación a este asunto, pero no vamos a realizar comentarios sobre el comportamiento del señor Bieber. Sin embargo, agradecemos vuestra preocupación por el sistema de inmigración que estamos tratando de actualizar”, respondió un portavoz de la residencia oficial del presidente Barack Obama a través de un comunicado.
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